A partir del 5 de marzo de 1980, el Grupo de Aviación Nº 2 (Caza), perteneciente al Regimiento Táctico Nº 2, de acuerdo a la nueva organización de las Brigadas Aéreas, tendrá como asiento definitivo al Aeródromo Militar “Tte.2º Mario W. Parallada en las instalaciones y hangar levantado a tal efecto en dicho aeródromo, luego de la finalización del traslado que había comenzado en enero de 1980.

En ese momento el Jefe del Grupo era el May.(Av) Hugo Reboledo.

. . . . cómo el artículo es tan chiquito, me veo tentado a hacer un breve comentario.

Por esa época, si mal no me acuerdo, estábamos en conflicto con la Armada??? (no me acuerdo o sencillamente, no me llegaba la información real, si podían atacar Carrasco, o era condición “sino cuanon” desplegar aviones . . . ). La cuestión, que al estar las pistas de Durazno prontas (recién inauguradas, y el hangar del Grupo 2 terminado), me asignan como Cte. de Escuadrilla (avanzada) para establecernos en dicho lugar y tener a nuestra disposición, dos aeronaves A-37B siempre prontas para el despegue y con armamento pronto (minigun, cohetes 2´75″ y bombas de propósito general.

Que increíble, todavía tengo en la retina (lo que después fue la Sala de Operaciones), Mauricio Camou, Eduardo Bianchi, Tydeo Avila y yo alrededor de un par de cajones de madera de los cohetes a modo de mesa y bancos, haciendo las navegaciones y preparación de otras misiones.

De ahí dos cosas importantísimas (por lo menos para nosotros); debíamos también cumplir misiones de entrenamiento al Polígono y donde mechamos algunas cabezas de guerra antipersonal, que los lanzamos para ver qué efecto hacía, ya que también debíamos cumplir algunas misiones (de intimidación) sobre Laguna del Sauce.

Y me acuerdo clarito el perfil de una misión. Decolamos bien temprano en la mañana, antes de salir el sol, en altura hasta el Chuy, después mínima altura todo por la costa, y a la salida del sol debíamos levantar por el este y hacer picadas sobre las instalaciones, (con armamento real).

Y como teníamos información de inteligencia que había artillería antiaérea, ni se imaginan las maniobras evasivas y como achatamos hacia el mar.
Esa sencilla misión, para nosotros era combate pleno. Y tanto el convencimiento, que hicimos una pierna hasta 30 MN fuera hacia el sur, lo cual luego dio lugar a otra anécdota; nadie se había levantado en ningún lado, y dos aviones aparecen con silencio de radio desde el sur a mínima altura (para determinar dónde nos captaba el radar) y el torrero a los gritos tratando que nos identificáramos.

Obviamente, recién a unas pocas millas (o minutos) nos dimos a conocer y le pasamos arriba de la base a todo trapo (y ruido con las turbinas a 100%).

Nos faltaba la pintura de guerra en nuestras caras. Estábamos en un alto grado de entrenamiento. Pegábamos con un error circular promedio bajísimo, y nos entendíamos solo mirándonos.

QLP, . . . qué épocas!!!! (ojo, sobre las fechas y misiones hay que confirmarlo con los intervinientes y los libros, porque estoy haciendo ejercicios para la memoria, pero el “alemán” ese me roba todo).

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