Yendo a tirar- a la Isla Mazaruca en el C-002 con la escuadrilla del Cap. Giampaoletti, en un día muy “mufado” , no logré trasvasar el combustible del tanque ventral, por lo que me ordenaron tomar rumbo 150 y regresar. No me andaban ni el gonio ni la brújula, por lo que cuando creí que cruzaba el Río Paraná, en realidad estaba cruzando el Río Uruguay. Volando a unos 6.500 metros, se me plantó el motor derecho, por lo que Giampaoletti y el resto de los pilotos me empezaron a gritar que abandonara el aparato. al que les contesté: “me voy para abajo”.
Bajé el tren y lo que pude de flaps, aterricé a unos 20 km de la Ciudad de Flores (ubicada entre Paysandú y Montevideo).
Yo había visualizado un río, que pensé que era el Salado cuando en realidad era el Negro, y el pueblo era Trinidad (Departamento Flores). Yo había interpretado que estaba en Las Flores (Argentina) y que había pasado por arriba de la VII Brigada Aérea, siguiendo de largo.
Luego de dejar el avión a un costado de la ruta, descendí y vi llegar un auto “raro- y antiguo y dos jinetes con sombreros también “raros”. La ruta era poco transitada, pero los autos con curiosos empezaron a aparecer. El día coincidía con una fecha de elecciones, por lo que en uno de los diarios del vecino país salió un chiste que decía: : “¡Que flor de pista se mandaron los del Partido Blanco!”.
En los días subsiguientes, los taxistas de la zona se hicieron su Agosto llevando a mucha gente a ver el avión.
Foto de prensa vía Julio Salvo.