Mientras que en la Escuela Militar de Aviación, en el mes de enero de 1927, se descansaba en el período de vacaciones (descanso que podemos decir total en cuanto a la actividad de vuelo), en ese mes no se efectuó ninguno; en el puerto de Montevideo, a mediados de febrero se comenzó a armar un avión con flotadores, diseñado y construido en los Talleres de la E.M.de Aviación, bajo la inspiración y de acuerdo a características seleccionadas por el Tte.Cnel. Berisso para que fuera el aparato destinado a grandes raids intercontinentales y a su vez de reconocimiento, con una autonomía para tales fines de 18 horas, para lo cual estaba provisto de una serie de tanques de nafta, algunos con la posibilidad (quizás única en la época) de desagote rápido en vuelo, como hoy en día tienen los grandes aviones de pasajeros.
Un avión de este tipo, estaba en la mente del Precursor desde su regreso del raid que realizara en el mes de abril de 1925 durante el cual no pudo cruzar los Andes por falta de techo del Breguet XIV que volaba y su pobre autonomía de no más de cuatro horas, estas fueron las causas para el nacimiento de este nuevo aparato, sobre el cual podemos decir, parafraseando a los diarios de la época, oscilaba entre el Breguet XIV y el Breguet XIX, con otras características que los hacían recomendable para su función como avión de observación o reconocimiento, con un tren de aterrizaje fuerte como para aterrizar en campos no preparados.
Desde el regreso del raid en abril de 1925, Berisso estuvo madurando un ambicioso proyecto de un vuelo de ida y regreso a la ciudad de Nueva York en los EE.UU., donde había estudiado en 1918 y 19. Ahora con las posibilidades que le brindaba esta nueva máquina concebida y hecha en los talleres de la Escuela, pensó en intentarlo vía ruta del Atlántico y para tal fin lo mejor era un hidroavión, por lo que decidió colocarle flotadores.
EL día 18 de febrero de 1927, se llevó el aparato a las instalaciones del Yacht Club Uruguay en el Puerto de Montevideo, cedidas gentilmente y allí don Miguel Juan Nadal, el brillante artesano que plasmara las ideas de Berisso en este nuevo avión, lo armó y le colocó los flotadores, siendo botado el día 24, ya con el motor preparado por el mecánico Dagoberto Moll.
El día 26 de febrero Berisso y Moll, efectuaron varios vuelos de ensayo que no los satisficieron. Días más tarde, el 11 de marzo, realizaron un vuelo más largo ahora acompañados con Nadal, continuando las pruebas durante todo el año de 1928, hasta mediados de ese año, para seguirlas con tren de aterrizaje convencional de ahí en más.
Este aparato que se preparaba para un gran raid americano, fue en parte financiado por el sobrante de lo recaudado para la estatua, todavía no inaugurada de “A la Aviación Vanguardia de la Patria” de Vellón y su motor Lorraine a su vez, fue el cincuenta por ciento financiado por el Sr. Henri Morixe, cinematografista que tenía una casa comercial de venta de aparatos de radio importados y de fabricación propia, establecido en la Plaza de Cagancha donde estaba la empresa ONDA.
Este señor Morixe iba a acompañar a Berisso en su raid, y filmar sus partes más relevantes. Como no le fue posible ir en este vuelo, el Tte.Cnel. Berisso le devolvió su dinero, luego de realizar una operación en la Caja Nacional, donde le otorgaron un préstamo que devolvió a plazos.
Sus características generales eran las siguientes; biplano de hélice tractora, equipado con un motor Lorraine de 450 HP; envergadura 14.58 m; largo total 8.85 m; altura 3.40 m (sobre ruedas, sin flotadores); superficie portante 49.16 m2; capacidad de nafta 1930 lts; capacidad de aceite 100 lts.; capacidad de agua para el radiador 52 lts.: peso vació 1403 kgs.; peso total 3085 kgs.; velocidad de crucero de 170 kph a 205 kph. Era biplaza en tándem, aunque en el asiento trasero podían ir dos ocupantes, como ocurrió a menudo.
En el libro de vuelos primeramente figuró como A.R.M.1 (Avión de Reconocimiento Modelo 1); más tarde se le sigue probando en vuelos de pista y figura A.M.E. (Avión Modelo Escuela); y finalmente se le denomina A.R.M.E.2 (Avión de Reconocimiento Modelo Escuela – “) y llevará el nombre de “Montevideo”.
Esta sigla creada por el Director de la Escuela para clasificar los aviones armados o enteramente construidos en los talleres, de acuerdo a su función, para diferenciarlos de los otros que seguirían llevando el nombre de su fabricante, tuvo tres matices según su clasificación.
1º – A.I.M.E (Avión de Instrucción Modelo Escuela), que se designaba a los AVRO, se comenzó a usar en el mes de agosto de 1927, seguido de su número identificatorio (ejemplo, AVRO Nº 4, ahora A.I.M.E. Nº 4);
2º – A.R.M.E. (Avión de Reconocimiento Modelo Escuela), que como se dijo se usó en los aviones “Montevideo”, de los cuales se construyeron tres prototipos; y
3º – por último los A.C.M.E. (Avión de Caza Modelo Escuela) del cual no se identificó a ninguno, aunque era el espíritu del Tte.Cnel. Berisso, como se dijo anteriormente, que se armara en los talleres, el avión Martinsyde, sobre el cual tenía puestas grandes esperanzas de que fuera nuestro verdadero avión de combate, con las modificaciones del caso para el uso en nuestro medio.
Volviendo rápidamente sobre el avión A.R.M.E. “Montevideo”, digamos que su fuselaje tiene semejanzas con el Breguet XIV, aunque sus medidas y pesos no coincidían, su motor un Lorraine de 450 HP en W colocado al igual que el Renault de 300 HP del Breguet XIV en su parte delantera, pero fuselado aerodinámicamente sobresaliendo por debajo del capot, el radiador del refrigerante, que era oscilante, para mantener la temperatura adecuada del mismo, con hélice rematada con un cono, a semejanza del Breguet XIX.
Como se verá más adelante, con este modelo se cumplió una tentativa de raid importantísima en los anales de la historia de la Escuela, el vuelo Montevideo – Nueva York. Los otros dos prototipos de este aparato, que se construyeron a partir de 1930, se denominaron A.R.M.E. – 5