Se reciben en los Estados Unidos dos aviones A-37B

A mediados de 1987, la Fuerza Aérea adquirió por FMS (Foering Military Sales) en los Estados Unidos, dos aviones A-37B usados, como reposición para la dotación del grupo de Aviación Nº2 (Caza).

Por la Orden del Comando General de la F.A. Nº 2475 del 10 de noviembre de 1987 se dispuso que el traslado de dichos aviones se efectuaran en vuelo, traídos por tripulaciones de la Fuerza Aérea, con el apoyo de un avión C-95 Bandeirante, desde la Base Aérea de Kelly en el Estado de Texas, donde se encontraban, al Uruguay.

Con el motivo el Comando General designó una misión compuesta por pilotos y técnicos, de acuerdo al siguiente orden:

TRIPULACIÓN del C-95 Bandeirante

Piloto Principal y Jefe de Misión – May. (Av) Manuel Vilar
Piloto Principal – May. (Av) Hugo D. Silveira
Piloto Principal – Tte.1º (Av) Alfredo Ihlenfeld
Mecánico – Cbo.1ª (AT) José L. Vázquez

TRIPULACIÓN de los -37B

Piloto – May.(Av) Edgardo Menéndez
Piloto – Cap. (Av) José Vilardo
Piloto – Tte.1º (Av) Walter A. Martinez
Piloto – Tte.1º (Av) Ruben Aroztegui
Mecánico – Sgto.1º (AT) Charles Puñales

El Bandeirante partió de Montevideo hacia los estados Unidos al 5 de enero de 1988 llevando de pasajeros a los pilotos y al técnico de los aviones A-37B.

En el vuelo de ida, el Bandeirante hizo las siguientes etapas:

Día 5: Carrasco – Mendoza – Santiago de Chile
Día 6: Santiago – Antofagasta – Arica (Chile)
Día 7: Arica – Lima (Perú) – Guayaquil (Ecuador)
Día 8: Guayaquil – Tocumen (Panamá)
Día 9: Tocumen – San José (Guatemala) – Tapachula (México) – Veracruz
Día 10: Veracruz – Nuevo Laredo (Estados Unidos) – Kelly AFB

En la Base de Kelly se recibieron los dos aviones en el estado que se encontraban, su aspecto no era el esperado, aunque se sabía que eran aparatos usados en Vietnam, durante la guerra. Se les hizo un vuelo de inspección, controlando todos los sistemas y los equipos de navegación, encontrándose varias fallas que se trataron de subsanar, son lograrlo plenamente, no obstante se decidió hacer el “ferry” a Montevideo.

Se trataba de los aviones Cessna A-37B-CE siguientes:

Nº de Serie 68-0816 matrícula FAU 278
Nº de Serie 70-1289 matrícula FAU 279

Salieron de la Base Aérea Kelly el día 17 de enero, los tres aviones incluidos el Bandeirante, realizando las siguientes etapas:

Día 17 (de enero): Kelly AFB – Nuevo Laredo – Veracruz
Día 18: Veracruz – Tapachula – David (panamá) – Howard AFB (Zona del Canal de Panamá)
Día 20: Howard – Guayaquil
Día 21: Guayaquil – Lima
Día 22: Lima – Arica – Antofagasta
Día 23: Antofagasta – Mendoza – Carrasco

Los A-37B vinieron tripulados de la siguiente manera:

FAU 278: May.(Av) Edgardo Menéndez y Cap.(Av) José L.Vilardo
FAU 279: Tte.1º (Av) Walter A. Martínez y Tte.1º (Av) Ruben Arostegui

En el tramo Howard – Guayaquil, los tripulantes del 278 decidieron cortar un motor, próximos al aeropuerto de Guayaquil, dado el poco combustible que quedaba en los tanques y de esa manera aumentar algo su autonomía, aterrizaron sin novedad.

En el tramo de Mendoza a carrasco, sobrevolaron la Estancia Anchorena de Colonia, donde se encontraba el Presidente de la República; arribaron sin otra novedad a Carrasco.

El 11 de febrero fueron asignados al Grupo de Aviación Nº 2 (Caza).

Me veo obligado a agregar algunas cosas. . . .

Primero, comenzamos el último libro de Maruri sobre la Historia de la Fuerza Aérea Uruguaya. Y segundo, algunas apreciaciones personales sobre ese viaje.

Intentaré acordarme de las cosas que nos pasaron en forma cronológica. Y si no fue así, que otro lo aclare. Porque reconozco que los “chips” están quemados, y la capacidad de memoria es poca.  Pero, cuando estábamos pasando Villa Reynolds (Argentina) rumbo a Mendoza, nos interceptó un A-4 que nos acompañó un rato. Estuvo buenísimo.

Lógicamente, para los pilotos del grupo, era la primera vez que salíamos al exterior, y conocer todos los aeropuertos, fue magnífico, así como ver los aviones en las diferentes bases. Los A-4 y F-86 en Mendoza, los Hawker Hunter y F-5 en Antofagasta. Los helicópteros Mi-8 y los Tupolev en Lima. . . y el F-5 que nos pasó en Kelly al ladito cuando íbamos a aterrizar!!!

Ah!!!, . . .y capaz que el viernes hablo del Tequila. Pero, me acuerdo cuando llegamos a Veracruz, en una plaza (donde estaba el hotel), los “chamarros – mariachis” vestidos con ropas típicas, pistolas y cantando. Y el actual Cnel. Vilar y su secuaz (Daniel Silveira), nos motivaron a tomar “margaritas” con jalapeños. Y si no los comíamos de una y tomábamos ese licor, no éramos dignos del Grupo 2. La “mojada de oreja” funcionó, al punto que yo, me tome cinco margaritas de golpe para poder quitarme el picante de la boca. (dormí mansito).

Después, la Tte. Sugarmann que ofició en la entrega de los aviones, y la base en sí, que eran todos civiles (quienes arreglaban los aviones). Me acuerdo del BX, donde compramos la primer computadora del Grupo, una de pantalla verde, que tenía todo integrado (monitor, impresora, torre). (de repente el Brig.Gral. Arturo Silva se acuerda del nombre, ya que era él quién la necesitaba para hacer a partir de ahí, los inventarios, libros del Casino, etc.)

Todo un avance para la época, ya que los demás recién empezábamos con las Spectrum y Commodore!!!

Otra de las cosas interesantes, fue ya al regreso, en Operaciones de Howard, cuando fuimos a ver el reporte meteorológico, el Encargado nos hizo llenar un formulario donde constaba, hasta la hora en que pasábamos por cada punto o reporte; y yo me preguntaba por qué?

La respuesta, fue en el propio vuelo, que el meteorologísta me había dicho que a tal hora, en tal lugar iba a haber un Cb. Dicho y hecho. Estaba ahí, en su lugar, a su altura. Lo que es la “cencia”, no?

Otra de las cosas, . . . con Tatú, tuvimos que inventar con las cartas una sombrilla en la cabina, y ahí me acordé de “Don Quijote de la Mancha” cuando decía en algún pasaje, que se le derretían los sesos (y era el queso que Sancho Panza le había puesto en el casco).

Y por último, en esta masa, el episodio (creo que ya lo conté) cuando estábamos con proa a Guayaquil. El tramo de por sí era largo. Y la navegación que habíamos preparado en el Grupo antes de partir, y que revisábamos cada día en el hotel, íbamos a Fl250, y las cartas de preparación del vuelo instrumental, eran de High Level”

La cuestión, que en algún lugar de la cartilla, decía que el nivel mínimo era FL070. Y ahí es donde viene el cuento!!!, . . . El Centro de Control Guayaquil, nos hace descender (lo hicimos a mínimo consumo) y quedamos instrumentales. Pero, nos percatamos que estábamos por debajo del nivel mínimo permitido!!!

Se podrán imaginar, que instrumental real, las nubes oscuras que no sabíamos si eran por su espesor o porque estaba la montaña y nos íbamos a dar un tortazo. Y mientras tanto recalculando el combustible remanente, porque obviamente a menor altura consumíamos más.

Y algo gracioso y que recuerdo tal cual. En determinado momento, la operadora muy amable y con voz sensual, me dice: Uruguayo 278 “no tiene permiso de aterrizaje aprobado; tiene que regresar al punto de partida”.

Soy Menéndez González. Se me cayó el yelmo, e inmediatamente le espeté: “Mire señorita. Referente al Plan de Vuelo, lo hablamos luego en tierra. Ahora, declaro emergencia de combustible. Y le pido que nos agarre el radar, nos lleve directo a pista, porque de lo contrario hacemos un pozo en cualquier momento”.

Aerolíneas de aquí, aviones de allá, a todos le daban instrucciones para dejarnos la vía libre. Cuando salimos de capa, estábamos en final de pista; hicimos separación de aviones y aterrizamos. Por supuesto se nos prendieron todas las luces, de bajo nivel, etc.

Y la cordillera, ni les cuento. Espectacular. Después, no me acuerdo de más nada. Nos tendremos que juntar todos y revivir (trago mediante) la experiencia. Gracias.