Dentro del programa anual de entrenamiento del Grupo de Aviación Nº 2 (Caza), se acordó realizar un ejercicio de “apoyo aéreo directo” a una Escuadrilla de aviones Cessna A-37.

Con tal fin se estableció dicha misión en la planilla de vuelo del grupo en el día 7 de octubre de 1987. Las Escuadrilla se integró con tres aviones de la siguiente forma:

•    Avión Nº1 FAU 274 – PP y Jefe de Esclla. Cap. (Av) Hebert Tomé y Observador – Tte.1º (Mant) Oscar Besozzi.
•    Avión Nº2 FAU 270 – PP Tte.1º (Av) Eduardo Mazzucchelli y Observador – Alf.(Met) Daniel J. Villalba
•    Avión Nº3 FAU 276 – PP Tte.1º (Av) Hugo Jackson y Observador – Tte.2º (Av) Olavo Machado.

Despegó a la hora 12, 30 local, luego de ejecutar un ejercicio de ataque simulado a baja altura, los aparatos adoptan el rumbo de escape ordenado con mínima altura, ascendiendo a continuación en actitud de viraje a la izquierda, siguiendo el avión Nº1 o líder; en esas circunstancias entran en colisión los aviones Nº 2 y 3, quedando fuera de control ambas máquinas e inmediatamente sus tripulantes se eyectaron, menos el observador del avión Nº2, Alf. Villalba, quién lamentablemente pierde la vida cuando su aparato choca invertido contra el suelo.

El accidente se produjo en la zona conocida por “El Salado”, sobre la ex Ruta 4, en la estancia “El Corralito”, a seis kilómetros al noroeste de Durazno.

Como editor de ésta página, y en ese momento Jefe del Grupo de Aviación Nº 2 (Caza), intentaré recordar esos momentos, dentro de lo que mi pobre y frágil mente me permite. (se ve que los impactos fuertes, uno los acomoda en alguna parte del cerebro, bien aislados para poder continuar), y sacado algunos aspectos que se ve quedaron grabados muy a fuego, otros quedan borrados.

. . . Toca la alarma de la torre, avisando de un accidente. Y estando en la planchada veíamos evolucionar los “alfas” de un ataque que todos los viernes teníamos arreglado con el Batallón de Caballería Blindado “Pablo Galarza” Nº2, en ese momento comandado por el Tte.Cnel. Luís P. Aranco y el May. Ramón Trabal, a la columna de blindados en los caminos próximos al cuartel. Ellos aprendían cómo evadir los ataques aéreos, que evoluciones hacía, y nosotros también, teníamos blancos móviles para entrenar las picadas de cohetes en reconocimiento armado.

Era aquella época que hace poco hablaba, que teníamos un altísimo entrenamiento de vuelo, pese a que ya se vislumbraban los primeros recortes de combustible, pocas horas de vuelo, e intentábamos trasmitir el máximo de conocimientos a los más jóvenes para mantener la secuencia en todas las generaciones.

La cuestión, que enseguida llegó la información del choque entre aviones, que habían ocurrido una serie de eyecciones, y todavía me acuerdo que en ese momento estaba el Brig. Wilder Jackson con el Jefe de Base, Cnel. Casariego. Y que enseguida llegó un helicóptero trayendo a “Sajón” herido (más bien hecho “pelota” uno de sus brazos, producto de la eyección).

Todo un caos!!!, . . . porque esas sí, son cag. . . . que no se tapan ni con el poncho patria!!!.

No es disculpa, ni nada menos. Pero, prueba del entrenamiento y el espíritu que existía en ese momento, lo dice, cómo se conformaban las cabinas de vuelo; con diferentes tripulantes de la Fuerza Aérea. Y por eso, la presencia de “Pollo”, y de Villalba, así como de “Sajón” nuevito en el Grupo.

Todos compartíamos esa mentalidad de “combate”, que junto a los hermanos de enfrente, en una sana competencia intentábamos constantemente de elevar.

Hoy pasado el tiempo, me continúo preguntando si vale la pena “estirar tanto la piola”. E invariablemente, me sigo contestando, que para eso estamos. Para eso ingresamos a la Fuerza Aérea. Para dar todo de si, en pos de un ideal, y por si la Patria nos demandaba defenderla, estar en la primera línea, en el primer momento, disuadiendo o intentando llevar el frente de batalla hacia territorio enemigo.

Creo que está bien. Y todos en mayor o menor medida, unos con suerte y otro con no tanta, aún están cumpliendo su misión, llevando su profesionalismo al máximo, su sonrisa y su juventud, pese a que acá en el mundano mundo dejamos deudos tristes, y camaradas orgullosos de haber tenido los mejores guías y laderos, conducidos o conduciéndolos en una fuerza que por eso es vanguardia de la Patria.

iviamonte

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