El Grupo de Aviación Nº 2 (Caza) para el año 1983 tenía previsto sustentar en su inventario de aeronaves cinco aviones T-33A y ocho aviones A-37B, de los cuales se mantuvieron operativos tres T-33A y seis A-37B hasta el día 6 de octubre en que se accidentaron dos A-37B perdiendo la vida sus cuatro ocupantes.
El 6 de octubre se dispuso un vuelo por planilla de operaciones del Grupo, con el objetivo de mantener el entrenamiento de las tripulaciones de combate en vuelo nocturno en formación.
La misión consistió en el vuelo de una Sección de dos A-37B en el sector 1 del área local del aeródromo “Tte.2º Mario W. Parallada” a un nivel de siete mil pies.
La sección estaba integrada por:
• FAU 271 – Tte.1º (Av) Roberto Hornos (Piloto Principal) y Tte.2º (Av) Jorge Schell (Observador)
• FAU 272 – Tte.1º (Av) Mauricio Camou (Piloto Principal) y Tte.2º (Av) Leonardo Goyeneche (Observador)
A las 19.53 se efectuó la puesta en marcha. Los aviones rodaron a la cabecera de pista 03. La torre de control autorizó a la Sección a colocarse en posición de despegue, e inmediatamente a un T-34B que en esos momentos estaba volando con tripulaciones del CIEVA, a iniciar un procedimiento de aterrizaje por instrumentos con el uso del ADF; de modo que, cuando la Sección comunicó a la torre de control que estaba pronta, el T-34B estaba promediando la curva de procedimiento.
La torre autorizó el despegue, realizara un viraje hacia la derecha sin superar los dos mil pies de altitud, contestando el guía de la Sección afirmativamente.
El decolaje fue normal ascendiendo la Sección en formación cerrada hasta quinientos pies y estableció un viraje de sesenta grados deslizando inadvertidamente los aparatos con nariz abajo, hasta que ambos aviones tocaron un monte de eucaliptus ubicado a tres kilómetros al noroeste de la cabecera de pista 21 y al norte de la ruta 14, propiedad del Sr. Julio Iruleguy Caorsi, produciéndose un terrible accidente en el cual perdieron la vida sus cuatro jóvenes ocupantes.