En el mes de abril comenzaron a volar todos los alumnos del Curso de Aeronáutica de la Escuela Militar, incluidos los siete nuevos alumnos del primer año de Cadetes, que ya habían hecho su vuelo de adaptación en marzo.
Luego de recibir el comando del Grupo Nº 3, el que en realidad era inexistente, su Jefe se abocó a la tarea de integrarlo con los Oficiales y el personal necesario para su funcionamiento. Primero fueron comisionados doce Oficiales aviadores y días más tarde, siempre en el mes de abril, dos Oficiales técnicos, dos sargentos, tres cabos y cuarenta soldados, de las diferentes Unidades.
Paralelamente, a todo este movimiento y al entrenamiento normal de la Aeronáutica Militar, de acuerdo a su programa anual, en las Bases Aeronáuticas Nº 1 y 2, se comenzó a cumplir una preparación de vuelos de navegación e instrumental, con el fin de instruir a una serie de Oficiales que fueron designados para trasladarse a EE.UU. de América, con el cometido de traer en vuelo hacia el Uruguay más aviones AT-6 y AT-11, que fueron adquiridos en ese país en el correr del año 1947.
Con el arribo del nuevo material aéreo que trajo la Misión Americana y teniendo en mente la llegada de más aviones en el correr del año, la Dirección General de la Aeronáutica Militar, dispuso un pase de aviones de una unidad a otra, de la siguiente manera:
La Base Aeronáutica Nº 2 recibió de la EMA los cuatro Curtiss SNC-1 que hasta ese momento contaba este instituto, los números 200, 202, 205 y 206; a su vez entregó a la base Aeronáutica Nº 1 los NA AT-6 Nº 340, 341 y 342 y esta unidad entregó a la Base Aeronáutica Nº 2 los AT-6 Nº 334, 335 y 336 y el Waco 301.
A su vez, las dos Bases Aeronáuticas entregaron a la EMA los aviones D.H.”Tiger Moth” Nº 605 y 613; 600, 602 y 611 respectivamente.
En el mes de julio los Curtiss Nº 206 y 207 fueron devueltos a la Escuela Militar de Aeronáutica por necesidades de instrucción.